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Oficina de Egresados Universidad de Cádiz

LAURA LECHUGA

¿Qué estudiaste en la Universidad de Cádiz y en qué años?

Estudié C. Químicas de 1980 a 1985, cuando las carreras eran de 5 años. Después obtuve una beca FPI de la Junta de Andalucía y realicé la Tesina en el Departamento de Química Inorgánica (1985-1986). Posteriormente comencé en ese mismo departamento la Tesis Doctoral, que un año después decidí no continuar y poder así aceptar una mejor oferta para realizar la Tesis Doctoral en el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC en Madrid. En total pasé 7 años en la Facultad de Químicas de la UCA.

¿Cuáles son tus recuerdos, buenos y malos, de aquella época?

Tengo muchos recuerdos buenos de aquella época, ya que allí hice muy buenos amigos y amigas que luego me han acompañado toda la vida. En mi época de estudiante, la universidad vivía momentos de cambio y de gran ebullición; yo participé activamente en la política de la UCA como representante de los estudiantes cuando se constituyó el primer Claustro universitario. Era la primera vez que los estudiantes teníamos voz y voto en la política universitaria y todos estábamos muy interesados en defender nuestros intereses y nuestros puntos de vista. Conseguimos unificar el voto de todos los estudiantes para inclinar la balanza al candidato a Rector que más se ajustaba a nuestras demandas. Fue una época muy intensa tanto a nivel profesional como personal.

También tengo malos recuerdos asociados a ciertos comportamientos autoritarios, machistas y poco profesionales y a la indefensión que en aquella época teníamos los estudiantes frente a estas actuaciones. Pero poniendo en una balanza los recuerdos buenos y malos, los buenos la inclinan a su favor y guardo en general un excelente recuerdo de mis tiempos en la UCA.

¿Dónde trabajas y qué puesto ocupas actualmente?

Soy Profesor de Investigación del CSIC y actualmente soy Jefe del Grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (uno de los centros de investigación de alto nivel en nuestro país) y también soy Jefe de grupo en el Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

Desde que inicié mi propio grupo de investigación y debido a la multidisciplinaridad de mis investigaciones, tuve la visión de configurar un grupo altamente interdisciplinar, con especialistas en física, química, ingeniería, tecnología microelectrónica y biotecnología además de establecer colaboraciones con el ámbito industrial y clínico-hospitalario para la aplicabilidad de las tecnologías que hemos desarrollado. A lo largo de estos años mi grupo se ha consolidado como un grupo de excelencia que es a día de hoy un referente en el ámbito internacional y posicionado en la élite del colectivo investigador en su área.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional en todos estos años?

Mi trayectoria profesional ha sido muy amplia: realicé la Tesis Doctoral en el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC en Madrid desarrollando dispositivos sensores basados en microelectrónica, una línea pionera en España. Posteriormente llevé a cabo una estancia posdoctoral en el prestigioso MESA Research Institute for Nanotechnology en Holanda, donde desarrollé dispositivos biosensores optoelectrónicos, siendo un trabajo precursor en su tiempo. Después me reincorporé al Instituto de Microelectrónica de Madrid (IMM-CSIC) donde obtuve una plaza de Científico Titular en 1995 y pudo poner en marcha mi propio grupo de investigación, que fue creciendo y convirtiéndose en un referente internacional en el campo de los dispositivos biosensores. En 2008, decidí aceptar una oferta de la Generalitat de Catalunya y el CSIC y trasladé mi grupo de investigación al recientemente creado Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) en Barcelona, donde lidero el grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas desde entonces. Además, he sido profesora visitante durante tres años en el departamento de Física y Tecnología de la Universidad del Ártico de Noruega y también en la Facultad de Ingeniería Electrónica y Computación de la Universidad de Campiñas en Brasil.

Además de mi labor puramente académica, siempre me ha interesado la transferencia de tecnología y la posibilidad que el conocimiento generado en el laboratorio pueda desembocar en un producto de utilidad social. Por eso he sido co-fundadora de dos empresas spin-offs, siendo una de ellas adquirida por la cooperativa Mondragón y he realizado siempre una extensa labor de colaboración y trasferencia con numerosas empresas nacionales, europeas e internacionales.

También pertenezco a numerosos Comités científicos externos tanto de centros nacionales e internacionales y he formado parte de un gran número de paneles de evaluación de alto nivel en numerosos países. He realizado también numerosas labores editoriales y actualmente soy editora asociada de Analyst (RSC) y pertenezco a comités editoriales de diversas revistas internacionales. He recibido numerosos premios y distinciones a lo largo de mi carrera, siendo los más destacables el Premio Rey Jaume I y el Premio Nacional de Investigación, dos de los premios científicos más prestigiosos en nuestro país.

Otro aspecto que me gustaría destacar es mi extensa actividad de divulgación científica desde el año 2000, siendo una de las pioneras de esta disciplina en España. Ha participado en más de 100 programas de TV, radio y web, y en numerosas entrevistas en prensa y tengo un especial interés en la promoción de vocaciones en niñas y adolescentes en materias STEM.

Desde marzo 2020 lidero y coordino uno de los primeros y principales proyectos de la UE para el diagnóstico de COVID-19 y desde abril 2020 formo parte del Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM), Panel de expertos científicos que asesoran al Ministerio de Ciencia e Innovación y al Gobierno de España en temas relacionados con la pandemia.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos con que te encontraste como recién titulado a la hora de incorporarte al mercado de trabajo?

El obstáculo principal fue la falta de asesoramiento sobre las posibles salidas profesionales a las que podíamos aspirar una vez terminada la licenciatura. En mi época las dos únicas salidas más claras eran o bien dedicarte a la docencia en secundaria o bien realizar una Tesis doctoral para proseguir en la carrera académica. En mi caso, además, al ser mujer las oportunidades de encontrar empleo en empresas eran más escasas. En cualquier caso, después de terminar la licenciatura y gracias a mi expediente académico, tenía opciones de conseguir una beca FPI y me decanté inmediatamente por esa vía, ya que estaba convencida de que debía realizar una Tesis doctoral como forma de conseguir un mayor nivel de formación que me podría abrir las puertas a mejores opciones en el futuro.

¿Consideras que la formación que recibiste de la universidad estaba adecuada a las necesidades que te exigieron laboralmente?

Yo creo que la labor de la universidad es proporcionar una formación lo más completa posible, generando competencias e inculcando un pensamiento crítico y una filosofía del esfuerzo para conseguir desarrollarte. El mundo laboral es muy amplio y muy diferente según las áreas y las empresas y por tanto es difícil que la universidad te prepara para un mercado laboral en concreto. En mi caso, por ejemplo, decidí hacer una Tesis doctoral en áreas de física e ingeniería (donde se ha centrado la mayor parte de mi trabajo) y sin embargo mi formación universitaria fue en químicas. Aunque la adaptación no fue trivial, gracias a la formación recibida en la universidad contaba con los mecanismos suficientes para llevarla a cabo de forma exitosa.

¿Qué cambiarias hoy si de nuevo fueras un recién titulado sin experiencia, para mejor incorporarte al mundo laboral?

Hubiera mejorado sin duda mi dominio del inglés y antes de decidir mi futuro, hubiera intentado conseguir una amplia información sobre el mundo laboral, conociendo más de cerca las oportunidades reales del momento en el mercado laboral dentro y fuera de España. Pero no cambiaría la realización de la Tesis Doctoral, porque estoy convencida que tanto si te dedicas a la ciencia o al trabajo en la empresa, es una etapa clave de formación y superación que condicionará tus logros futuros.

¿Cuáles consideras que son las competencias que deben desarrollarse para mejor adecuarse al mercado laboral?

En un mundo cambiante y tan tecnificado como el que nos encontramos, sin duda que las competencias en idiomas (preferentemente inglés), computación, tecnologías avanzadas, big data e inteligencia artificial serán fundamentales, independientemente del grado elegido en la universidad. También aconsejaría tener conocimiento empresarial y de transferencia de tecnología. Y desarrollar competencias a nivel personal para conocer mejor las capacidades de uno mismo y estar preparados para adaptarnos a jornadas de trabajo intensivas, a la desmotivación y a las frustraciones, que siempre llegan en algún momento.

¿Qué otros estudios superiores (másteres) recomendarías de tu especialidad para alguien que ha de incorporarse al mundo laboral?

Mi área de trabajo es sumamente multidisciplinar, combinado conocimientos de física, óptica, química de superficies, ingeniería electrónica, biotecnología, microelectrónica, genética, y medicina, así que hay números másteres recomendables para aquellos que quieran tener una visión multidisciplinar en su trabajo. Por supuesto también recomendaría másteres en las competencias que he comentado en la pregunta anterior.

¿Qué importancia das a los idiomas? ¿Han marcado la diferencia en tu caso?

El conocimiento del inglés es fundamental tanto en el ámbito científico como en el empresarial. Es el idioma de la ciencia y de los negocios y el idioma con el que nos entendemos en la Unión Europea y prácticamente a nivel mundial. No imagino una salida laboral interesante y competitiva sino se domina este idioma.

En ciencia, el idioma de trabajo es el inglés, y sin él es imposible competir a nivel europeo e internacional y participar en los órganos de decisión y codearse al máximo nivel. Hubiera sido imposible llegar hasta donde estoy sin el dominio de este idioma.

¿Qué opinas sobre el emprendimiento en general? ¿Y en tu sector laboral en concreto?

El emprendimiento es positivo para el desarrollo económico de un país y debe estimularse y apoyarse. Pero como persona con experiencia en el emprendimiento, lo que recomiendo en nuestro mundo académico es que solo deben comenzarse empresas cuando se cuente ya con tecnologías maduras y contrastadas y con un análisis de mercado que indique la necesidad de ese producto o la posibilidad de crear dicha necesidad. A día de hoy se montan muchas empresas de base tecnológica únicamente con ideas aun por desarrollar y demostrar y con un bajo nivel de impacto potencial en el mercado. Y evidentemente todas terminan en fracaso y en pérdida de recursos y oportunidades. Por eso recomiendo una sólida formación y una sólida tecnología antes de lanzarse a la aventura del emprendimiento para tener algunas opciones de triunfo.

QUE RECOMENDACIONES LES DARIAS A LOS RECIÉN TITULADOS PARA DESARROLLARSE PROFESIONALMENTE:

Mis principales recomendaciones son las siguientes:

-elegir una activad laboral en la que uno crea que puede realizarse no solo como profesional sino también como persona y que sea lo más acorde posible con su personalidad.

-encontrar buenos mentores o asesores que te ayuden con su experiencia a llevar a cabo las elecciones más adecuadas en cada momento

-no desfallecer ni dejarse llevar por la frustración si una elección profesional no es la adecuada. Es mejor emplear tus energías en buscar otra alternativa y solucionar el problema. Todo las experiencias positivas y negativas te ayudarán a crecer y enfrentarte mejor al siguiente obstáculo.